En mi afán por descubrir películas nuevas para mí pero no en su producción, he descubierto esta que sinceramente me ha dejado muy pero que muy satisfecho. Hace tiempo mi amigo Galo me la recomendó y aprovechando una promoción de cine español que sacó el año pasado El País, me la compré por el precio módico de 2,95 Euros, tirado en comparación con la calidad de la película.
La película narra la historia de unos cómicos de la palabra, como ellos se hacían llamar, que viajaban de pueblo en pueblo llevando a los bares y otros pequeños auditorios comedias de corte humorístico y que en una época entretuvieron a una España desgarrada por la posguerra. Desgraciadamente el negocio se les va acabando y la lenta pero implacable implantanción del cine les va ganando terrendo, viendo cómo en lugares dónde antes actuaban varios días ya no les dejaban ni uno. Entre todo eso, vemos amores y desamores, alegrías y tristezas, pero sobre todo la crueldad de un tipo de vida nómada marcada por la época en la que vivían (años 40 y 50 en España). Lo que la hace un pequeño homenaje a aquellos cómicos y que a la vez resume lo que era España antes que llegara la democracia.
La película resulta cómica en su mayor parte, aunque es también dramática en otras. La escena del padre de los Galván haciendo de extra de una película es buenísima, reflejando la dificultad para actuar con naturalidad ante las cámaras para un cómico que estaba acostumbrado a exagerar los gestos y movimientos para causar risa. Esto también se ve reflejado a la manía del protagonista de sacar su voz gangosa en los pequeños papelitos que le daban de extra en otras películas, a pesar de que nadie se lo había dicho. Un hecho que intenta expresar lo duro que fue para aquella gente adaptarse a otra forma de trabajar, y lo diferente que es el cine de la comedia que viajaba por los pueblos de España.
Las actuaciones son excelentes, destacando para mi entender la de José Sacristán, que está genial como casi siempre. La actuación de Fernando Fernán-Gómez me parece un tanto exagerada, ya que su personaje parecía que no cambiaba cuando estaba encima del escenario a cuando estaba debajo, no sé si es su forma de actuar (ya se lo visto otras veces) o quizás se deba a una especie de estilo teatral en la actuación a pesar de tratarse una película filmada, porque en la actuación en general de los actores a veces parecía que estábamos ante una obra de teatro más bien que ante una película en toda regla. También es destacable la actuación de Gabino Diego, y eso que a mí la verdad es que no me cae muy bien, pero en esta película estaba muy jovencito y el acento gallego lo clava. La composición de las escenas es perfecta, aunque a veces los cortes se notan demasiado pero no está mal teniendo en cuenta la época en que se rodó. Y los diálogos no tienen ningún desperdicio, aparte de como ya comenté antes las situaciones cómicas son de lo mejorcito que había visto en mucho tiempo.
Una película entrañable, llena de emociones diferentes, para no perdersela y guardarla en nuestra filmoteca.
Valoración: 9
Más información en IMDB y Filmaffinity. Si queréis saber más sobre el libro que el propio Fernán-Goméz escribió hay una entrada un tanto escueta en la Wikipedia (me encanta el comentario de "es una historia buenísima", un comentario un tanto curioso tratándose de una "enciclopedia").
jueves, 28 de diciembre de 2006
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Movie Review: El viaje a ninguna parte - Fernando Fernán Gómez (1986) |
martes, 26 de diciembre de 2006
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Pasión por los autodefinidos |
El pasado domingo lo pasé con mi familia en una casita que tenemos muy cerquita de la playa, y a escasos metros del mega-complejo urbanístico Costa Ballena. Allí me reuní con mi Tio J, mi tía P y sus hijos A y C, cada uno con su esposo/a respectivo. Además A trajo a sus dos niños, una pequeña de unos dos años, A, y un pequeño con casi cuatro años más listo que el hambre (sabe leer antes que se lo hayan enseñado en el cole, todo un genio, lo digo yo) pero que problamente será unos de los hombres más tranquilos de la tierra.
El caso es que cuando estoy con ellos me siento muy a gusto, relajado, sin temor a ser yo mismo y con plena confianza y seguridad. Pero estando con ellos también puedo observar cómo ellos a pesar de ser mi familia han desarrollado una personalidad y una forma de vida muy distinta a la mía. En este sentido, me llamó mucho a la anteción la pasión que tienen mi primo y su mujer a los autodefinidos. Es curioso porque yo definiría a mi primo y su mujer como una pareja normal, sin muchas inquietudes culturales (por no decir ninguna), gente que no leen mucho y que su única preocupación es alimentar a su familia en sentido físico y espiritual, loables objetivos pero que para mi ojo resultan un tanto escasos.
El caso es que son unos viciosos de los autodefinidos, y claro a mí me llama mucho la atención porque se supone que su nivel cultural es bastante bajo en vista de las ocupaciones que tienen, pues resulta que cuando se ponen a hacer autodefinidos no hay quién los pare. Los habrá mejores, pero a mí me dejaron boquiabiertos con su habilidad para completar definiciones aparentemente complicadas y no sólo el que las rellenaran, es que tenían una rapidez mental increíble e inusitada en ellos. Ya te digo, yo que me creo una persona con una cultura digamos que media (me gusta leer El país los domingos, siempre tengo un libro entremanos, leo todo lo que puedo y más...) no fuí capaz de completar un autodefinido sin su ayuda y por supuesto tardando muchísmo más tiempo.
Es verdad, era la primera vez que me ponía en serio con el asunto, pero en comparación con ellos parecía un pardillo ignorante incapaz de encontrar sinónimos a las deficiones propuestas. Menos mal que yo estas cosas no me las tomo en serio y no me desmoralicé, que si no... A lo que voy, es que la gente que en apariencia pueda parecer inculta, no lo es tanto (sino que explicación me daís a que encuentraran los sinónimos a palabras que yo ni conocía), y aunque ellos hayan desarrollado una habilidad especial para los autodefinidos lo poco que leen o escuchan se le queda muy bien grabado en la mente y lo usan en cuanto pueden.
Es una especie de instinto de supervivencia mental que desarrollan para que las neuronas nunca terminen muriendo, instinto que no tenemos tan desarrollado los que estamos saturados de información y lectura, tan abarrotados que cuando buscamos una palabra apropiada nos perdemos en la inmensidad de nuestro material mental, cuál oceano insondeable. Por el contrario, ellos tienen poco material pero de valor, y lo encuentran rápido cuando lo buscan en su biblioteca mental.
Una lección que me hizo concluir que no es el más culto el que más cultura adquiere, sino el que le da un uso práctico y eficaz, por poco que sea.
viernes, 22 de diciembre de 2006
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Don Giovanni un tanto diferente |
Me llamó la atención una pequeña noticia que publicó el diario El Pais el pasado Domingo 17 de Diciembre en la que se explicaba que la ópera de Mozart Don Giovanni se estrenó en el nuevo y flamante Palau de las Arts de Valencia, diseñado por el arquitecto admirado Santiago Calatrava, pero que debido a un problema con el sistema hidraulico del teatro no se pudo colocar ningún tipo de escenario. Así que los espectadores se tuvieron que conformar con contemplar la ópera sin ningún tipo de decoración, simplemente los cantantes pelaos y mondaos, aunque eso sí, tenían la opción de que se les devolvieran las entradas, aunque al parecer muchos no optaron por ésto último.
Como es lógico todo esto está siendo tremendamente criticado porque pone de relieve bastantes deficiencias muy importantes. Lo primero es que no se entiende como un proyecto de esta envergadura, con el dinero que tiene detrás y con el arquitecto que lo ha proyectado, pasen estas cosas. La verdad es que es inexplicable. Ya había recibido críticias en cuanto a la acústica del edificio, que según algunos no era la más idonea, y ahora esto. Todo ello pone de manifiesto que a veces los diseños espectaculares y que se salen de la norma no son del todo prácticos. Muchos se plantean si es práctico gastarse tantos millones de euros en un proyecto espectacular que asombra al mundo entero, pero que después no se le da un uso práctico o dicho uso lo único que provoca es más gastos, molestias y un daño a la imagen del proyecto irreparable.
Pero dejando reflexiones sobre la practicidad de muchos proyectos arquitéctonicos espectaculares que cada día nos encontramos más, está la cuestión de ¿para qué vamos realmente a la ópera? Es decir, ¿vamos para ver una gran puesta en escena con escenarios y atrezzos espectaculares? ¿o vamos para escuchar una pieza de música clásica genialmente interpretada por los músicos y cantantes? Muchos dirán que un poco de todo, pero a mí personalmente me importa poco los escenarios, atrezzos y demás parafernalias. Veo que a veces se tiende a espectacularizar la ópera y se deja a un lado el verdadero fondo de la historia, estamos acostumbrados a ver representaciones de ópera en la TV que son lo más espectaculares posibles, y cuando acudimos al teatro acudimos con la idea de ver una igual. Qué sucede, que cuando nos encontramos con una puesta en escena modesta nos molestamos y pensamos que la representación no vale nada.
Es cierto que cuando sus compositores la compusieron (principalmente en la época barroca donde todo era ostentación) lo hicieron con la idea que fuera representada con los más fastuosos arreglos, pero ¿no es la historia lo realmente importante? Cuando una ópera está magistralmente representada por sus actores sobran los escenarios, iluminación y demás parafernalias, te sumerges en una vida interior que no es la tuya y que te atrapa hasta creer que todo lo que hay en el exterior no existe. Esa es la verdadera esencia de la ópera, profundizar en los sentimientos y olvidar todo lo demás, así que ¿para qué tanta pomposidad?
Me hubiera gustado estar esa noche en el Palau, habría disfrutado con un Don Giovanni diferente, porque el que yo contemplé en su día en el Teatro Villamarta no me agradó nada, sobre todo por su puesta en escena oscura, barroca y sin ningún gusto. Y eso es lo que tiene los accidentes, a veces cambien la perspectiva de las cosas e incluso hace que las valoremos más.
jueves, 21 de diciembre de 2006
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Los osos de cantabria y el cambio climático |
A diferencia de los demás periódicos británicos que se centran en asuntos como la resistencia en Irak o la niebla en el aeropuerto de Heathrow, The Independent se desmarca (por algo se llama "El independiente") y dedica su portada al cambio climático.
Concretamente el artículo de portada aborda el hecho que los "osos marrones" que habitan en las montaña de Cantabria en estas fechas del año deberían estar hibernando, pero no sucede así, sino que aún están deambulando por las montañas cual primavera cualquiera. Al parecer en esta época del año normalmente los osos disminuyen la actividad de su cuerpo al mínimo, debido a que al hacer mucho frío les cuesta mucho trabajo conseguir comida. Y según Guillermo Palomero (aunque experto en osos, je, je) "si el invierno es cálido la osa tiene energías para estar despierta e incluso salir a buscar comida", y eso es lo que está sucediendo. Normalmente es muy difícil verlos por las montañas, pero a un grupo de observadores les ha resultado muy fácil seguir su rastro.
Este no es más que un claro ejemplo de que el clima está cambiando, aunque muchos se nieguen a reconocerlo, o por lo menos a no relacionar tan directamente el cambio climático a las emisiones de CO2 u otros gases.
No sé por la montañas de Cantabria, pero aquí (en el sur de España) hoy hace un frío que pela, y según he leído acaba de entrar el famoso frío siberiano que ultimamente nos visita tanto, y digo yo, ¿no ha llegado ese frío al norte de España? Se supone que el frío viene de Siberia, que está en el norte y no del sur ¿no? ¿O es que con tanto cambio climático ya el frío no viene de Siberia sino que viene del Caribe? A este tiempo no hay quién lo entienda, de verdad. Aunque hay algunos que no necesitan un invierno muy frío para hibernar, es más muchos están hibernando todo el año, nunca se sabe lo que el clima puede deparar...
lunes, 18 de diciembre de 2006
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London Tales: ¿Harrods no es un museo? |
Una de las visitas que tenía pendiente en este viaje a Londres, era el centro comercial Harrods, y no porque tuviese verdadero interés por verlo, pero bueno, otra cosa más que ver, además mis amigos estaban interesados por ir y por comprar una bolsa/o que se han puesto tan de moda entre las mujeres.
En fin, cuando entramos me sorprendió la cantidad de gente que había, sobretodo turistas de puente españoles, y tengo que reconocerlo, no los soporto. Y es curioso, porque yo también soy español y turista, pero creo que es difierente, me explico: conozco Londres lo suficiente como para saber moverme por la ciudad (tengo amigos, muchos de ellos ingleses, he estado varias veces...), hablo inglés con relativa fluidez, y por supuesto aprecio lo que veo y visito, y lo más importante, no pongo pegas por todo o casi todo. Y es que en este viaje, en el que me he topado con más españoles que nunca, me he dado cuenta de lo quejicas que podemos llegar a ser, es que ¿no nos parece nada bien? ¿qué pasa que todo lo que hay en España es mejor y más bonito? ¿entonces porqué viajamos? ¿para presumir? Entiendo que no todos son iguales, pero de verdad, hay que saber apreciar las diferencias, lo bueno de otros sitios y no encerrarnos tanto en nuestra "sagrada y amada patria", ese ha sido (y será siempre) nuestro punto débil. Nunca he creído en el "Spain is the best".
Pero volviendo a Harrods, lo encontré como una especie de templo del lujo y la ostentación al alcance de unos pocos, pero motivo de contemplación de muchos. Y es que aquello parecía un museo, un mirar y no tocar, o si lo tocas no te lo lleves que sale un ojo de la cara. Estaba sumamente masificado pero poca gente compraba, hubo un momento que me pregunté "¿no es esto un museo? Ibamos visitando plantas cual visita a la sala del renacimiento o del arte contemporáneo, cuando en realidad era la sala de los electrodomésticos o de los alimentos en conserva. Y qué decir de sus escaparates, ostentosos a más no poder, por sus maniquíes parecíamos estar en la sala de Egipto del museo británico en vez de en la Egiptian Hall del Harrods.
El colmo de todo fue contemplar el altar dedicado a la princesa Diana y Dody Al Fayed, pero lo peor es que había un montón de gente fotografiando el altar o posando junto a él. Creo que es el sumum del despropósito y digno de los tiempos rosas (o amarillos, depende del país) en los que vivimos. ¿Cómo se ha podido esto convertirse en un sitio de referencia turístico?
La verdad es que no lo sé, pero el caso es que yo también caí y cual vulgar turista lo visité, es verdad, no me pareció culturamente estimulante ni me aportó nada que merezca la pena, pero ¿qué me decís del bolsito tan mono que me llevé para regalar? Y es que eso es lo que tiene Harrods, pomposidad y lujo en el exterior, pero por dentró está totalmente vacío.
jueves, 14 de diciembre de 2006
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London Tales: Beans |
Uno de mis primeros descubrimientos cuando llegué a Inglaterra, fueron esas pequeñitas judias blancas motivo de adoración nacional, las famosas "beans", pero no preparadas de cualquier manera, no, sino con esa salsita de tomate cremosa y completamente deliciosa. Y no es que sea un amante de la comida enlatada (a decir verdad, no me gusta nada en absoluto), pero estamos hablando de algo más que simplemente comida enlatada, estamos hablando de una cultura, de una forma de vida, de una personalidad determinada detrás del sabor y la textura de esas pequeñas judías.
Quizás pensáis que soy un poco exagerado (que lo soy), pero es que las adoro, adoro tomarme por la mañana temprano un "typical english breakfast" (aunque redundemos en el tópico) con sus beans respectivas. Curiosamente, en este último viaje a Londres, mis amigos descubrieron las beans, y aunque en un principio eran reacios, en cuanto las probaron se rindieron a ellas, y es que tiene algo especial que a todo el mundo engancha.
Y es verdad, es un topicazo pensar que las beans son exclusividad de los británicos o que las inventaron ellos, pero están tan implantadas en su sociedad que es imposible pensar en Britain sin beans, son un emblema nacional, y para eso los ingleses son unos fenómenos, les encanta explotar lo que es suyo, y esto lo consideran muy suyo. Incluso a veces resulta un tanto insultante la manera de exponerte lo que es "typical english", pero no dejo de reconocer que lo hacen y lo han hecho siempre con mucha habilidad y por supuesto, de una forma muy lucrativa.
Pero bueno, fuera de tópicos, me encantan las beans, y afortunadamente en España las tenemos y podemos disfrutar de ellas, y no quiero que se malinterprete, las tortillas de patatas o los buenos guisos españoles no tienen comparación, pero en cuanto a "beans" no hay nada como las británicas (aunque la marca más popular "Heinz", incluso en britain, sea americana, que paradoja, no?).
viernes, 1 de diciembre de 2006
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Me voy pa Londres!!!! |
Pues sí, por fin llegó el momento de mi esperado viaje anual (je,je) para Londres. La verdad es que tenía muchas ganas de ir, el año pasado me quedé con ganas de más, y este espero aprovecharlo mejor aún si cabe. Tengo ganas de pasear por Notting Hill, de disfrutar de algún parquecito como Holland Park, Hyde Park o St. Jame's Park; como no, comer más de una vez las famosas "fish and chips", ummm dellicious... Y es que Londres para mí es la ciudad perfecta para ir de vacaciones, tiene historia, mucha historia, muchas ofertas de ocio y por supuesto ofertas culturales, creo sus museos son los mejores que he visto "all over the world".
Especial mención tengo que hacer a la National Gallery, para mí engloba la auténtica esencia de Londres, académica, rígida y estrícta con sus cuadros más clásicos y transgresora y modernistas con los cuadros más contemporáneos. El arte me fascina, y cada vez que voy no paro de descubrir nuevas pinturas y tengo la oportunidad de profundizar un poco más en los diferentes pintores. En esta ocasión voy a hacer un poco de guía turístico (cosa que me encanta) y espero poder ayudar a mis amigos a entender un poco algunos cuadros que cuelgan de allí, a ver que tal se me dá...
Espero conocer un poco mejor la zona de la City, que es quizás la zona que menos conozco, con todos sus edificios modernistas dónde destacan la Swiss Re Tower de Norman Foster y el Lloyds Bank. Todo una mezcla entre tadición y modernidad la que se dan en esta ciudad, que a mí personalmente, me gusta mucho aunque a algunas personas les parezca ridículo. Pero sobretodo, y tal y como aparece en la foto, la Canary Wharf, me muero de ganas por ver esa estación de metro (también diseñada por el omnipresente Norman Foster), subiendo las escaleras mecánicas y contemplando el cielo londinense desde su cúpula de cristal, impresionante.
En esta ocasión también tenemos planeado visitar Cambridge, me atrae mucho el ambiente universitario, y el hecho que se puedan visitar todas las universidades incluidas sus bibliotecas, va a resultar una visita muy estimuladora, no tengo ninguna duda.
Por cierto he usado para la nueva herramienta de Yahoo! Trip Planner y aquí tenéis el enlace para que le echéis un vistazo: London-Cambridge 9 days
Estaré ausente unos días, espero que no echéis mucho de menos, je,je. Cuando vuelva os comentaré como me ha ido, y quizás cuelgue algunas "Historias de Londres". Cuidaros mucho.