El poder de un plano corto de no más de 8 segundos es incanculable. En la sociedad en la que vivimos, una simple toma en un momento crítico puede tener más poder que jueces, abogados y gobernantes. Y si no, que se lo pregunten al ex-presidente norteamericano Nixon. La humillación pública vivida en las famosas entrevistas con el presentador (que no periodista) David Frost le valieron de castigo por todos sus pecados como presidente, castigo que no había recibido de la ley y ni siquiera de su sucesor.
Es por ello que un sobrio y contenido Ron Howard nos desgrana paso a paso el proceso que culminó en la rueda de entrevistas al ex-presidente Nixon. Con la habilidad de hacer interesante algo que a primera vista no lo es, y es que no a todo el mundo le interesa el proceso de investigación anterior a entrevistas de este calibre. Pero estamos ante algo distinto, como sucediera en 'JFK', la tensión se mantiene durante toda la cinta, como si el dramático final fuera empujando el devenir de los acontecimientos buscando su culminación.
Que este tipo de películas se sustentan en grandes interpretaciones es ya una tradición, pero así es, Frank Langella, a pesar de intentar imitar al original, le aporta su toque original, hace suyo el personaje y comunica con gestos de la cara y movimientos el proceso emocional por el que vive el personaje.
Y sí, a través de la mirada y expresión de la cara podemos llegar a comprender el transfondo emocional de una persona, pero eso se multiplica por cien veces cuando esa cara es tomada en primer plano por una cámara y retransmitida a millones de personas. Y es que la televisión es muy poderosa.
miércoles, 31 de diciembre de 2008
[+/-] |
Movie Review: Frost/Nixon (Ron Howard, 2008) |
sábado, 20 de diciembre de 2008
[+/-] |
Movie Review: Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen, 2008) |
Que Vicky Cristina Barcelona es un descarado documental turístico sobre Barcelona, es de dominio público a estas alturas. Lugares comunes, estereotipos muy estereotípicos y unas ganas inusitada de enseñar una ciudad (y de refilón otra, Oviedo), que dejan al espectador medio Europeo con ganas de mucho más.
Y quizás el punto más débil de esta película no sea el hecho que quizás con buenas intenciones se quieran enseñar lugares maravillosos, sino el hecho de que entre tanta localización ideal no hay una historia consistente de transfrondo. Las aventuras de nuestros cuatro protagonistas no llegan lo suficiente para calificar esta obra como de interesante o con algo de transcendencia.
Lugares idílicos, tocadores de guitarras que tocan bellas melodías en las plazas (que por cierto, yo nunca he visto ninguno) que reflejan a la perfección lo que ésta película es: un conjunto de esterotipos vacío y sin sentido. Quizás se salve la actuación de Rebbeca Hall, para la mayoría una gran desconocida, y que al menos nuestro querido director ha tenido la habilidad de descubrir.
Curiosamente, una de las películas de Allen que más hayan gustado en Estados Unidos, quizás porque se acerca demasiado al gusto del turista norteamericano que se queda fascinado con la vida en España, pero que al resto de los mortales nos deja con un agrío sabor de boca, pensando que el talento invertido en el cast no se ha sabido reflejar en la pantalla, raro en Allen.
Si soy sincero, no lo conozco, acepto que evolucione y que cambie, pero en esta ocasión ha perdido hasta el trasfondo. En esta ocasión no me hago dilemas morales, no me pongo en la piel de los personajes, veo indiferente las aventuras y desventuras de cuatro pobrecitos que no tienen otra cosa que hacer. ¿Seré yo o es que Allen ya no es el que era?
martes, 2 de diciembre de 2008
[+/-] |
Movie Review: Elegy (Isabel Coixet, 2008) |
Vivimos en lo que muchos llaman la generación del "usar y tirar" y esto desgraciadamente se traduce a las relaciones de pareja. Muchos, en una contínua búsqueda de la satisfacción instantánea, de las emociones fuertes, van saltando de una relación a otra con el motivo escondido de no sertirte sólos. Aunque también los hace sentirse seguros, incluso con cierto poder... hasta que el amor verdadero hace que todo su mundo se desplome.
Y es que en esta versión libre del libro de Philip Roth "The Dying Animal" echa por la maravillosa, Isabel Coixet, se nos brinda una reflexión sobre cómo nos tomamos las relaciones de pareja, cómo nos afectan en el presente, pero sobretodo cómo nos afectan en el futuro.
De pulso de cámara calmado, ritmo lento y poético, y banda sonora dónde suenan piezas de piano compuestas por Beethoven y Chopin. Todo ello orientado para que las inseguridades del protagonista pasen a ser nuestras y sus reflexiones pasen a ser nuestras propias reflexiones. ¡Qué infantiles podemos llegar a ser los adultos!
Quizás no la mejor obra de la directora y claramente enfocada al mercado norteamericano, pero aún así Elegy se convierta en una pieza muy recomendable. Una pieza que no puede evitar convertirse en parte de nuestras propias vidas.