domingo, 29 de octubre de 2006

Cuantas veces no habrás visto el puente de Brooklyn en series o películas norteamericanas, montones de veces, dirías, bueno, pues si algún día estás allí (o has estado) te darás cuenta que no es como te lo habías imaginado, es que es mejor! Realmente impresionante, de verdad, en cuanto lo ves quedas prendando de él. Yo creo que lo compararía al Tower Bridge, mucho más señorial pero igual de impresionante. No sé si es sus arcos góticos, los enormes cables que los suspenden en el vacío, lo romántico de tener la ciudad al fondo visto desde Brooklyn, o quizás es su historia.

Se comenzó la construcción el 1870, y se concluyó 13 años más tarde en 1883. El que comenzó las construcciones murió del tetano y lo tuvo que suceder su hijo, pero resulta que este también murió en un accidente y finalmente lo terminó la mujer de éste. Una historia un tanto trágica pero no exenta de atractivo, porque a pesar de todo el puente se terminó y en su momento fue el puente suspendido más largo del mundo.

Pues allí nos enontrábamos disfrutando de aquella maravilla arquitectonica, creo que me faltó fotografiar a cada cable que suspendía el puente, estaba realmente fascinado. Para cruzarlo nos llevamos un buen rato, porque aunque en un principio no lo parezca, es bastante largo y con mucho tráfico de turistas, gente que pasea (algunos con su perrito), gente en bicicleta (un peligro) o algunos que van haciendo jogging. Digamos que te presentan un resumen de lo que te encontrarás al otro lado del East River, sin duda un sitio peculiar por el que todo turista debería pasar.

Una vez cruzado el puente nos dirigimos al llamado distrito financiero, y de ahí iríamos a coger el ferry gratuito de Staten Island para ver una vista rápida de la Estatua de la Libertad. Pero una vez nos adentramos por el City Hall en dirección a la zona cero, nos dimos cuenta que estábamos en otro mundo, un mundo de finanzas, brokers, ejecutivos, puestos de perritos calientes y sobretodo edificios impresionantes, muchos de ellos.

Es una zona de Nueva York peculiar, algún que otro parque dónde descansar de un trabajo estresante, gente abarrotada por las calles buscando desesperadamente un sitio dónde comer, muchos turistas contemplando el área... Curiosamente entre tanto edificio nos encontramos con una iglesia, la Trinity Church, y junto a ella un pequeño cementerio con algunos de los caídos en el 11-S, parecía el único lugar apacible en manzanas a la redonda. Pero sinceramente, merece la pena caminar por esas calles y contemplar la inmesidad de los edificios y pensar que la mayoría del dinero que se mueve en el mundo en esos momentos están pasando por tu cabeza. Una curiosidad, creo que es el único sitio donde ves a un jefazo de una gran empresa esperando en la cola de un puesto callejero junto a uno de sus empleados de más baja escala, eso sólo se ve en Nueva York.

En la New Yor Stock Exchange (la bolsa, en español) coincidimos que salía la primera ministra de Finlandia y el dispositivo que habían montado era impresionante, como en las películas, polícias por todas las esquinas, motos de escolta, y una limosina imponente que esperaba a la ministra. Al salir todo se puso en marcha, y fue como si hubiera pasado un torbellino, arrollador.

Desde allí cogimos el ferry hacia Staten Island, todo un invento este del ferry gratuito. Sin duda una de las mejores ideas de la ciudad de Nueva York, y es que entre turistas y personas que trabajan en Manhatan pero viven allí, viajan diariamente un número impresionante de gente. Dicen que cuando el 11-S el ferry no daba a vasto con la gente que huía hacía sus casas en Staten Island. Vimos la estatua desde el ferry, digamos que cumplimos con el tópico, porque sinceramente para mí no era muy interesante.

Y vuelta al distrito financiero con sus prisas, sus perritos calientes, sus ejecutivos...

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