domingo, 25 de febrero de 2007

A pocas horas de la ceremonia de los Oscars, no habría otra noticia que me alegrara más que en el apartado de Mejor Película, se dijera: "The Oscar goes to... Little Miss Sunshine". Y sí, empiecen a afilar sus cuchillos para cortarme el cuello, pero después de disfrutarla enormemente no puedo estar más seguro.

Principalmente, porque representa todo lo contrario a lo que estos premios quieren mostrar, y todos sabemos que no se suele dar el Oscar a este tipo de películas. Películas que muestran una cara de norteamérica de la que los amos de Hollywood se avergüenzan, una realidad que está latente, que forma parte del día a día de la mayoría de norteamericanos.

Una familia disfuncional, en la que ninguno está en sus cabales y que por una razón u otra, todos tienen problemas, sufrimientos, traumas, vicios, manías, en fin, como cualquier familia normal y corriente. Y es cierto, quizás no todas las familias tengan a un tío gay que acaba de intentar suicidarse, un padre que venda la filosofia piramidal y encima se lo crea, un hijo que ha hecho un voto de silencio, un abuelo enganchado a la heroína y una niña obsesionada con los concursos de bellezas a pesar de que no es precisamente un modelo de belleza, pero todas nuestras familias compartes metas, frustaciones, sufrimientos, alegrías y decepciones.

Humor a costa de las anormalidades de cada uno, una forma de reirnos de nosotros mismos con nuestras rarezas y manías que sólo unos pocos se atreven a poner en público. Y es cierto que la mayoría de estas películas se centran única y exclusivamente en destacar este tipo de cosas, pero ésta lo hace con estilo y un humor muy fino, su clave está en la forma de contar las cosas. Todo ello acompañada de una excelente banda sonora y un reparto que está magnífico, entre los que me han sorprendido gratamente Paul Dano y una encantadora Abigail Breslin.

Y si los actores están todos estupendos, el guión no lo es menos, convirtiendo a esa familia en nuestra, a sus avatares a los nuestros y a sus rarezas en las nuestras. Consiguiendo además que algunas escenas queden en la memoria por mucho tiempo, como esa carrera por el hotel del tío gay, cuando le preguntan a la niña "y tu abuelo ¿dónde está?" y ella contesta "en el maletero de la furgoneta" (el que lo haya visto o la vea sabe por dónde voy) o ese final del show de la niña con toda la familia... bueno, no digo más, mejor la véis.

Por eso y como decía al principio, me encantaría que le dieran el Oscar (que va a ser que no), porque siendo una película pequeña es grande, porque trata de la vida real, de cada uno de nosotros y de nuestras familias en conjunto, y porque a veces el cuento de la cenicienta debería hacerse realidad.

Mi valoración: 9

3 Comments:

  1. Himnem said...
    A mi tambien me encantaria que esta peli se llevara el OscAr, pero seria muy dificil que se lo dieran, aunque nada es imposible
    Natalia Book said...
    Estoy totalmente de acuerdo. Sería la gran sorpresa y una muestra de que algo está cambiando en Hollywood. Es una gran película y muy divertida.
    Pero, de todas formas, a mí Babel me pareció buenísima. Son dos películas tan distintas que no se pueden comparar.
    Saludos
    Anónimo said...
    Muy deacuerdo. Es una película muy agradable que te levanta los ánimos tras verla, con personajes muy identificables y encantadores (Abigail Breslin). Sin embargo, tampoco la considero una película para ganar el Oscar, le faltaría tal vez más hondura emocional y complejidad para optar a ese galardón. Yo se lo habría dado a "Babel", pero también me quedo satisfecho con la notable "Infiltrados". Yo también le hice una crítica a esta encantadora peli en mi blog. Si quieres, pásate ;)

    Saludos!!

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