jueves, 29 de marzo de 2007

Un futuro sin niños, inquietante cuestión, pero ¿podría ser ese el presente? Podría ser... porque a veces el futuro no está tan lejos como pensamos, lo tenemos a la vuelta de la esquina y no nos damos cuenta. El calentamiento global, el desarrollo de armas nucleares, el brote de enfermedades que se consideraban extinguidas y un largo etcétera son temas de actualidad, asuntos que mañana pueden pasar factura, y la factura puede ser muy cara.

"Catastrófistas", así llaman algunos a los que alertan sobre las posibles consecuencias que puede tener todo el maltrato que el ser humano le somete a la tierra, pero hay que ponerse en lo peor para recuperar lo mejor de nuestro amado planeta tierra. Y en lo peor nos pone esta película, un futuro (2027) dónde un cúmulo de causas, nadie sabe cuál de ellas y combinación de varias, han provocado que las mujeres dejen de tener hijos y por tanto que la especie siga reproduciéndose. Y en vista que no hay niños, los animales van tomando su lugar, presentes en el 75% de las imágenes, demostrando que la vida humana se extingue para dar paso a la animal.

Pero en este futuro no existen los coches que vuelan, las calles no son un ejemplo de limpieza perfecta o la tecnología no es una herramiento inútil, sino todo lo contrario. Este futuro es sucio, caótico, con edificios en ruinas, a punto de extinguirse. "El mundo se derrumba - dice la televisión - pero Inglaterra resiste", en un futuro arruinado hay que exaltar los sentimientos de orgullo nacional para sobrevivir. Y por ese orgullo, se trata a los inmigrantes como de fugitivos se tratara, enjaulándolos en plena estación de metro de Candem Town o hacinándolos en guetos dónde prima la ley del más fuerte, toda una alegoría de la intolerancia y trato a los inmigrantes actual.

Gran esfuerzo el del director por emocionar desde el mismo principio con un comienzo impactante y arrollador, esfuerzo que se hace cansino a lo largo de la película, siendo imposible mantener el mismo ritmo de emoción y con diálogos un tanto irregulares y faltos de profundidad en los momentos más claves. Pero, por otra parte, el uso de los planos secuencias, esto es largas secuencias sin ningún corte, y la cámara en mano (manchada incluso de sangre) provocan en el espectador emociones y sensaciones nunca antes experimentadas, imbuyéndolo en la acción, logrando que llegue a sentir como si estuviera presente en persona.

Clive Owen consigue lo que hasta el momento puede ser uno de los papeles más conviencentes que haya hecho jamás, transmitiendo a la perfección el carácter de su personaje: héroe por accidente, distante y para mi gusto a ratos demasiado frío, pero si tenemos en cuenta la naturaleza del futuro, las personas ya han dejado de tener ese aspecto humano que les caracterizaba. Sin embargo, es de destacar a Michael Caine ¿y cuándo lo hace mal este hombre?, bordando su papel de hippy setentero pero en el futuro.

En definitiva, está claro que no estamos ante un clásico como muchos se han esforzado por defender, eso lo dirá el paso del tiempo, pero sí que estamos ante una gran película hecha con mucha maestría y sobretodo buenas intenciones. Y por supuesto, afortunadamente en el futuro no está todo perdido, entre tanta catástrofe hay un pequeño resquicio de esperanza, esperanza que en principio es sólo eso, pero como dicen la esperanza es lo último que se pierde...

Mi valoración: 9

2 Comments:

  1. Desesperada said...
    mmm, veo que esta peli nos ha generado sensaciones parecidas. genial. y bicos.
    viagra online said...
    Todavia no la he podido ver pero se ve que es una pelicula muy bien realizada

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