miércoles, 25 de abril de 2007

Para alguien cómo Edith Piaf la vida es muy sencilla, sólo consiste en hacer punto y cantar, todo lo demás sobra. ¿Para qué más si eso la hace feliz? Para alguien que ha encontrado en el cantar el refugio perfecto a sus más profundas decepciones, el medio ideal de expresar sus emociones (aunque en realidad no fueran suyas), y sobretodo la forma en la que permancer con vida en medio de un mundo hostil y desangelado, eso es más que suficiente.

Siendo lo que es, un biopic al uso, no se podía esperar mucho de esta película, aunque en cierta forma se aleja de lo corriente. Con un comienzo de lo más cercano al telefilm, el director nos va introduciendo en el universo particular de "la niña Piaf" ("La môme piaf" o "La môme" a secas), contándonos sus humildes y devastadores orígenes, pasando por su juventud entre circos ambulantes y clubs de París dónde la música sonaba de fondo y servía para ahogar los gritos del gentío.

Sin embargo, la película evoluciona al compás de la protagonista, a medida que Edith gana fama y en toda su apariencia se vuelve más sofisticada (aunque en el interior siga siendo una chabacana) la película se torna más clara, más nítida y sus imágenes intentan expresar algo. Algo que no se sabe muy bien qué, pero que por lo menos demuestra buenas intenciones, incluso en alguna que otra ocasión logra emocionar, esa escena con ella en el escenario actuando dónde tan sólo suena la música es de lo más conmovedor, en una película que se supone debe emocionar de principio a fin. Aún así, uno logra simpatizar con la protagonista, sin caer en la divinización (algo difícil tratándose del país galo), llegamos a excusar sus excentricidades e incluso a reirnos con sus salidas de tono, y es que en el fondo todos somos humanos y el conocer los orígenes de alguien nos hace ponernos más en su lugar.

Todo ello contado de una forma muy original (bueno, ya hoy día no tanto): a través de saltos en el tiempo, logrando una perspectiva amplia de la cantante, que un sólo vistazo nos demos cuenta de cómo era de pequeña, de adolescente y justo antes de morir no es sencillo, pero aún así se logra con una sorprendente efectividad.

Marion Cotillard está tremenda en su papel, nunca vi a Edith Piaf en persona, pero si la viera estaría viendo a ésta actriz. Tanto por su caracterización física, por su forma de moverse y de andar e incluso por los gestos en la cara, desvelan que nos encontramos ante una actriz que puede darnos muchas alegrías de aquí en adelante, eso si deja a un lado proyectos como 'Un buen año' claro.

Pero la verdadera protagonista es la música de Edith, suena, y vaya si suena, sus canciones llegan directas al corazón, su evolución como cantante es perceptible, volviéndose su pronunciación más clara y entendible después de su 'affair' con un profesor. Un festín para nuestro paladar auditivo.

Por lo tanto, una película disfrutable con los sentidos y a pesar de su larga duración, interesante en su desarrollo. Porque como decíamos al principio, lo de Edith Piaf tiene mérito, transformó una vida complicada en algo muy sencillo: cantar y hacer punto. Y es que a veces la felicidad está en las pequeñas cosas, o no tan pequeñas...

Mi valoración: 8

5 Comments:

  1. Rebe said...
    Para mí Edith Piaf era y seguirá siendo una de las grandes y esta película me parecía muy atractiva, pero como se han dicho tantas cosas sobre ella ya no sabía si verla o no, ahora con tu opinión me quedo más tranquila y la anoto en la lista.

    Saluditos!
    BUDOKAN said...
    Quiero ver este film ya que soy un entusiasta de la música de Edith Piaff. Espero que hayan hecho algo digno de su tormentosa vida, luego del post la anoto también.
    La Fran. said...
    algo extraño me produce la voz de edith piaf, es como q sus canciones tienen una mezcla entre tristeza y felicidad.
    su voz es firme, pero hay algo melancolico en el clima q la rodea..
    Carles Rull said...
    La secuencia que citas, cuando canta moviendo las manos, sin que oigamos el sonido de su canción; o el final, o la interpretación de la Cotillard, absolutamente memorable.
    Anónimo said...
    lo que yo queria, gracias

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