lunes, 27 de noviembre de 2006

Hay películas que tienen el arte de conseguir que un tema tan nimio y aparentemente simple, como puede ser la muerte de Lady Di, de todos conocida, una obra maestra. Y en esta ocasión es lo que sucede con el director Stephen Frears.

La muerte de Lady Di fue uno de los acontecimientos más aireados por la prensa "rosa" (amarilla en el Reino Unido) y mejor conocidos por el gran público. Fue un tremendo "shock" para la sociedad que vivía minuto a minuto la vida de Lady Diana, y que sintió con un gran dolor su muerte prematura.

Pero la habilidad de esta película consiste no en centrarse en lo que realmente ocurrió sino en cómo afectó a la familia real dicho acontecimiento. Su reacción, sus conversaciones, el punto de vista del Príncipe de Edimburgo y la Reina Madre (retógrados e inmovilistas), el Príncipe Carlos (el aún enamorado y supuestamente modernista), y como no, de la Reina de Inglaterra. Que por cierto, encarna Hellen Mirren con un parecido asombroso a la de realidad, incluso en los gestos más íntimos (siempre me quedará en la memoria esa forma de organizar sus bolígrafos en el tapete).

Una de las cosas que me parecen más importantes de esta película son las cuestiones que plantean: ¿debe una monarquía con siglos de historia ceder a las exigencias del pueblo? ¿debe una Reina con una educación rígida y creyendo que es la elegida de Dios hacer lo que el pueblo le diga? Sinceramente, la manera como está dirigido el film en cuanto a la resolución de estas cuestiones me parece magistral.

Hace reflexionar en que vivimos en un mundo mediático, manejado por los medios de comunicación, y a veces ellos son los que marcan la pauta, un ejemplo es el caso de la bandera de Buckingham Palace, una bandera que sólo indica la presencia o no de la Reina en palacio, nada más, pero se exigía que la bandera ondeara a media asta, algo que no se había hecho en ninguna ocasión en toda la historia de Inglaterra (una historia con mucha antigüedad y raíces). La decisión estaba en la Reina.

La película está llena de ironías inglesas, de guiños que nos dejan ver de una forma muy sútil la verdadera personalidad de la Reina, escenas para la posteridad como la de la familia viendo las noticias sobre la muerte de Lady Di y hablando de asuntos triviales como la caza, sencillamente genial.

Muy buen reparto de actores, en especial, la que encarna a la esposa de Tony Blair, antimonárquica y republicana que continuamente echaba leña al fuego en cuanto a la idoneidad o no de una monarquía. Y por supuesto el de la protagonista, que tiene todas las papeletas al oscar, desde luego hace un papel de los que a la academia le gusta otorgar, pero nunca se sabe...

Calificación: 9

Más información en Filmaffinity, también podéis echar un vistazo a este post de Blogdecine.

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