Nunca he creído en la suerte, de verdad, nunca he pensado que una persona puede tener buena o mala suerte, simplemente las cosas suceden por un cúmulo de casualidades no dirigidas o a veces son simplemente son consecuencia de nuestras buenas o malas decisiones, y ésto lo he comprobado que es así en la mayoría de los casos. De todas formas, y usando la suerte como elemento motriz de este thriller, Juan Carlos Fresnadillo firmó un primer largometraje sobresaliente.
La complejidad de su trama argumental está perfectamente construida, proporcionándonos sólo la información que al director y al guionista les interesa para ir desgránandonos las claves de una forma paulatina, sutíl y por tanto, muy eficaz. No hace falta recurrir a la voz en off, las imágenes explican mucho más que las palabras, y si están unidas de forma inteligente, podremos llegar a un entendimiento completo una vez expuesto todo el conjunto de la película. Y es que si por algo destaca la película, es por saber contener con una certeza impecable el resultado final, todo forma parte de un juego de azar, en el que hoy te puede ir bien y mañana todo lo contrario, con lo cual la incertidumbre está servida hasta el último momento. Todo un ejercicio de argumentación algebráica perfectamente ejecutada.
Lo imaginario se funde con lo real, proporcionándonos una sensación irreal pero sumergiéndonos a la vez en lo que sucede, a pesar de que sepamos que todo forma parte de la imaginación de sus creadores, se mantiene cercana al espectador haciéndolo parte del juego. Imágenes cargadas de información y actuaciones espectaculares de su trío protagonista, Leonardo Sbaraglia, Eusebio Poncela, y un ya mítico Max von Sydow; completando de esta forma una de las mejores obras de intriga que se han hecho en mucho tiempo en nuestro país. No me extraña que Danny Boyle lo haya elegido para su secuela de '28 días después', hoy estrenada en nuestro país.
Y es que a pesar de que no crea en la suerte, sí que creo que cuando las cosas están bien hechas siempre tienen buen resultado, y así ha sido en esta ocasión, Fresnadillo nos regala un juego de intriga inteligentemente construido y emocionante hasta el último momento.
Mi valoración: 9
viernes, 29 de junio de 2007
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Movie Review: Intacto - Juan Carlos Fresnadillo (2001) |
lunes, 25 de junio de 2007
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Movie Review: Brick - Rian Johnson (2005) |
Paul Schrader, director y guionista, afirmó en 1972 que el cine negro había terminado con Sed Mal (Orson Welles, 1958), sin embargo, y curiosidades de la vida, él mismo firmaria el guión de una obra considerada de cine negro post-años 50, Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976). Por lo que, y a pesar de que muchos se esfuercen, el cine negro no ha muerto, todo lo contario, se regenera y se reinventa a sí mismo, siendo Brick un claro ejemplo de ello.
Y es que Rian Johnson nos regala un ejercicio de elegancia, ritmo, pulso y talento, para trasladarnos una trama propia del mejor film noir a un instituto dónde los adolescentes sueltan frases como una ametralladora, a veces ininteligibles, pero cargadas de retórica y fina ironía. Porque todo lo que rodea a la película es de un surrealismo, en ocasiones desconcertante, que nos transmite la sensación de que lo que estamos viendo no se corresponde con lo que estamos escuchando, o que la trama no encaja en ese enclave.
Y es cierto, se le puede criticar que su trama es totalmente ridícula o complicada de entender, pero no hay que negar que el ejercicio surrealista planteado en ésta película se sale de los canónes del cine para adolescentes, e incluso del mismo cine indie, dándo cómo resultado un espectáculo cinematográfico original y cargado de creatividad. Su análisis de unos submundos inventados aunque totalmente representativos de los reales, supone un ejercicio magistral de dirección y guión, asegurándonos el disfrute durante los 119 min. que dura la película. Lástima que lo emborronado de la trama no haga completo el goce, teniéndonos que esprimir el cerebro para saber exáctamente a qué están jugando los protagonistas o qué están realmente buscando.
Y es que está claro que el cine negro no ha muerto. A pesar de que algunos lo enterraron hace tiempo, vuelve a resucitar, aunque esta vez con una cuerpo y cara totalmente nueva: la de unos adolescentes con aires de mafiosos e investigadores audaces en busca de la verdad.
Mi valoración: 8
jueves, 21 de junio de 2007
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Movie Review: Zodiac - David Fincher (2007) |
(I'm back, por fin ha pasado todo el jaleo de los exámenes, y la verdad es que han ido mejor de lo que esperaba. A partir de ahora espero cumplir con este blog, en la medida que pueda, claro)
Cuando un asesino logra matar a alguien en vida, ha colmado todas sus expectativas. A través de muertes reales, un asesino puede lograr que los que estén a su alrededor mueran también, y no hay peor muerte que la que en vida misma un ser humano puede sufrir. Zodiac lo consiguió, mató en vida a los que se obsesionaron con sus asesinatos, a los que a través de los años tuvo pendientes de una pequeña pista que les dieran con el "asesino del Zodiaco" y que por fin acabara con su persecución obsesiva. Zodiac se atribuyó decenas de asesinatos, aunque los únicos que estaban demostrados eran cuatro: dos periodistas y dos policías.
Y es que David Fincher ha dado una nueva vuelta de tuerca al thriller, después de ser uno de los grandes influenciadores del thriller moderno con Se7en, Fincher nos devuelve al cine policíaco de los 70, a las narraciones contadas con ritmo aparentemente lento pero sin descanso. A veces en tono de documental, a veces en tono terrorífico o a veces realista, Zodiac se convierte en una película inteligente y reposada. Porque uno de sus grandes valores está en proporcionarnos tanta información sin que nos saturemos, de forma paulatina vamos asimiliando todos los datos que los policías y periodistas tenían en sus manos para que lleguemos a nuestra propia conclusión, si bien la película hace un guiño sobre quién pudo ser el asesino. Terminando en una rigurosa construcción de lo que pudo ser.
En su contra juega que el ritmo se vuelve en ocasiones demasiado lento, proporcionándonos la sensación que estamos perdiendo el tiempo viendo cómo los investigadores seguían pistas falsas, o como tras un lapsus de algunos años que no se sabía nada de él, la película iba sin ningún rumbo concreto. Quizás es lo que quería transmitir el director, pero está claro que puede provocar en nosotros la completa y total desesperación. Y si a esto le unimos que por momentos estamos ante un documental puro y duro la decepción puede ser mayúscula.
Si bien, cuando todo parece que no tiene rumbo alguno, la película vuelve a retomar su sentido y nos proporciona momentos inolvidables, como por ejemplo, la entrevista con el hombre de la fábrica, un ejemplo magistral de narrar de formas distintas e independientes: con lo que cuentan sus actores y lo que cuenta la cámara, un trabajo de montaje y realización excelentes.
El tono sobrio que domina a la película resulta tremendamente atractivo, y no apto para amantes del cine videoclip. Y es que Fincher se deja de efectismos, de movimientos de cámara espectaculares o de secuencias persecutorias a cámara lenta, para demostrarnos que la sobriedad se puede convertir en obra de arte y a la vez formar una película entretenida, cosa que muchos deberían tomar nota (Mann, JJ. Abrams y compañía, por poner un ejemplo ;-)
Siendo un psico-thriller, Zodiac pretende retrarnos la obsesión de sus protagonistas por alcanzar al asesino, logrando que las actuaciones de sus actores sean magníficas. Sin embargo, ese retrato obsesivo da la sensación de estar incompleto, nunca deja entrever la profundidad de las obsesiones, no llega a lo más hondo de los personajes o de sus motivos.
Por lo que en definitiva, tenemos ante nosotros una obra maestra de cine policíaco, aunque por otro lado irregular en algunos aspectos, y a pesar de la legión de fans que ha logrado en la blogosfera, un servidor no cae en el elogio fácil y entusiasta. Es un psico-thriller muy bien montado y estructurado llevado de forma ingeniosa e inteligente, pero que a ratos se hace exasperante. Aunque, por otro lado, cuando uno se para a pensarlo en realidad no deja de ser como la vida misma: lenta y amarga. Y es que Zodiac consiguió grandes crímenes, pero los más efectivos fueron matar a cuatro hombres en vida de forma paulatina e inexorable.
Mi valoración: 8,5
lunes, 11 de junio de 2007
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Exámenes, exámenes |
Los exámenes están haciendo estragos y un servidor que aparte de trabajar también estudia, no es ajeno a todo ello. Así que muy a mi pesar tendré que dejaros por unos diitas hasta que haya pasado todo este jaleo.
Cuando vuelva comentaremos éstas pelis:
Y para despedirme, os dedico una canción, 'Either Way' del grandísimo grupo Wilco:
jueves, 7 de junio de 2007
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Nuevo vídeo de Paul McCartney dirigido por Michael Gondry |
Vaya dúo, Paul McCartney poniendo la música y Michael Gondry las imágenes, ah, y Natalie Portman haciendo un papelito. Disfrutenlo.
"Dance Tonight" del albúm Memory almost full.
miércoles, 6 de junio de 2007
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Movie Review: El viento que agita la cebada - Ken Loach (2006) |
Para los más impacientes no os preocupéis que el viernes colgaré la review de 'Zodiac', problemas ajenos a mi voluntad me han impedido colgarla antes ;-)
La independencia de Irlanda del Norte es una guerra librada desde hace mucho tiempo, desde la invasión de los Anglo-normandos en 1169 por Waxford, el conflicto no ha tenido fin, si bien, períodos de relativa tranquilidad. Católicos y protestantes han peleado por lo que ellos consideraban sus derechos, unos (los católicos) para autogobernarse e independizarse de quién en su día los colonizó y otros (los protestantes) para poder vivir dependientes y ser partes del imperio británico. Por ello, la historia nos sitúa a comienzos del siglo XX, en lo que sería los comienzos del IRA, y justo antes y después de la Primera Guerra Mundial.
En sus comienzos la película tiene visos de veracidad y honestidad, pero se va tornando en un total y flagrante maniqueismo, en el que el director nos quiere imponer su forma de ver los hechos en todo momento. Ken Loach justifica una lucha armada que ha tenido dividida por siglos a una nación, dejando muy clarito quiénes son los malos (los británicos) y quiénes los buenos (los irlandeses), no dejando lugar a que el espectador tome sus propias decisiones en función de unos hechos contados con imparcialidad. Pero claro, es comprensible por otra parte que un director quiera dar su versión de los hechos, contar la historia a su manera y que cuando veamos otra versión entonces decidir. Pero ¿si cada uno exagera los hechos, a quién creer? Complicada cuestión, por eso tan sólo nos queda disfrutar de la película como un mero ejercicio cinematográfico, que por cierto, no está del todo mal.
Porque hechos históricos aparte, la película intenta desgranar los sentimientos de aquellos que participaron en el conflicto y que, muy a su pesar, tuvieron que matar incluso a aquellos que eran sus vecinos o que se habían criado con ellos. Contado con una loable y agradecida falta de emocionalismos baratos propios de un telefilm, resulta la puesta en escena sólida y de cierta intensidad narrativa, que la conduce a un final amargo, como un conflicto de estas características se merece.
Es por ello, que siendo un panfleto propagandístico, "El viento que agita la cebada" nos recuerda una triste realidad: las dos Irlandas del Norte siempre estarán, y que ahora que se ha proclamado su limitado autogobierno, las divisiones entre sus gentes no han sido eliminadas, porque la división ideológica sigue existiendo, aunque el conflicto armado haya concluido. Paradigma de una sociedad incapaz de lograr la unión total y sin prejuicios, en la que vecinos han tenido que luchar unos contra otros.
Mi valoración: 6
lunes, 4 de junio de 2007
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Movie Review: El camino de los ingleses - Antonio Banderas (2006) |
Días de sol y calor, ha llegado el verano y con él una época de emociones, experiencias, alegrías y desgracias de quienes, como si la vida acabase mañana, devoran segundos al minutero ávidos de nuevas sensaciones antes que la época veraniega acabe y haya que volver a la triste y aburrida rutina. Calores y testosterona, mala combinación, con la calor las hormonas se revuelven y brotan con un ansia que en algunos casos es casi autodestructiva.
Aunque también el verano es época de poesía, ¿cuántos poetas escondidos no hemos descubierto en verano? Poesía tal como lo pretende ser este film, y aunque a ratos lo consiga, la apuesta le sale al señor Banderas fallida. Porque siendo lo que es, un experimento, 'El camino de los ingleses' pretende impactarnos con su poesía visual, con imágenes que queden para la posteridad, y es cierto, marcan en sentido visual, pero son vacías completamente de contenido. Y es que si unimos belleza visual y nula profundidad argumental, nos queda lo que tenemos: una película vacua, pretenciosa, grandilocuente y por tanto, fallida.
Aún contando con un "cast" lleno de talento y con una falta tremenda de dicción (soy andaluz y eso no es andaluz, eso es no saber hablar), la capacidad de sus actores está tremendamente desaprovechada, siendo enfocado el film única y exclusivamente al lucimiento de su director y personal de fotografía, siendo ésta última, por otra parte, excelente.
Curioso que siendo un actor de películas comerciales, Antonio Banderas nos pretenda regalar una obra de autor cargada de poesía y retórica, todo lo contario a lo que ha hecho como actor, aunque lo que le resulte es un "collage" de técnicas visuales mezcladas en una misma película sin sentido ni razón. Se entra o no se entra, dicen algunos, quizás eso sería lo más fácil de decir en estos casos, pero seamos realistas ¿cómo se puede prentender que entremos en una película que es lejana a nososotros, que no logra en ningún momento la complicidad con el espectador? La experiencia no funciona ni como video-arte, porque hasta eso tiene un mínimo de interactividad con sus espectadores, cosa que aquí brilla por su ausencia.
Como decimos en el sur "el verano es mu malo", y así es, junto a las emociones y nuevas sensaciones vienen las locuras y, por tanto, sus consecuencias, locura como esta película, y si lo miramos desde ese punto vista no desentona demasiado, verdad?
Mi valoración: 4
viernes, 1 de junio de 2007
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Oscar Peterson: Pianista por salud |
Oscar Peterson tuvo una crianza musical, su padre y sus dos hermanos mayores tocaban el piano y el órgano, y él comenzó a tocar la trompeta, hasta que al contraer tuberculosis tuvo que dejar de tocar instrumentos de viento. Curiosamente, ésto lo obligó a tocar otro instrumento, en este caso el piano, y mira por dónde, se convertiría con el tiempo en uno de los mejores pianistas de la historia del jazz.
Encasillado por algunos, erroneamente, entre Art Tatum y Bud Powell, Oscar Peterson tiene un estilo muy personal y definido: de portentosa capacidad instrumental, ha alcanzado con las 88 teclas del piano, una fuerza expresiva, un poder rítmico, y un sentido del blues absolutamente extraordinario.
En sus primeras actuaciones sorprendía a su público por la velocidad que tocaba el piano, ésto le permitió ir desarrollando su carrera tocando en diferentes formatos aparte del solista y que terminaría conduciéndolo a su gran especialidad: el trío. Curiosamente las críticas comenzaron a decir que Peterson no sería tan veloz al piano con el soporte rítmico de una batería en vez de una guitarra (como estaba acostumbrado), así que para acallar esas críticas contrató al baterista, Gene Gammage, luego sustituido por Ed Thigpen. Aquel cambio provocó que el dialogo a tres voces de los músicos se convirtiera en un monologo brillante pero lineal, marcando un estilo propio inigualable.
Con el tiempo la salud física volvería a dar un giro a su carrera, en 1993 sufrió un derrame cerebral que le paralizó el lado derecho de su cuerpo e hizo temer, si no por su vida, si por su capacidad creativa, pero nuevamente su entereza moral y su fuerza física, aunque lógicamente con alguna merma, le ha devuelto a la música para disfrute de sus numerosísimos seguidores.
Y es que Oscar Peterson es un pianista por salud y a pesar de ella.