The Observer

Por fin se produjo el debut tan esperado. Ese hombre llamado a conducir a Inglaterra a la victoria en el próximo mundial (aún no han comenzado las clasificaciones) debutaba hoy en un amisto entre Inglaterra y Suiza.

Mi conclusión del partido: más de lo mismo. De la mezcla entre las maneras del entrenador italiano y jugadores ingleses no podía salir nada bueno, y así ha sido. Excepto una gran jugada de Joe Cole que condujo al primer gol, lo demás es un puro abrir de bocas tras otro.

Pero Inglaterra ha ganado, 2-1, y los ingleses están contentos, para ellos la victoria era lo más importante, para eso han puesto toda su confianza en este hombre, y por eso se han vuelto locos por comprar sus gafas. Da igual si la manera de ganar ha sido completamente inútil, con un fútbol ramplón y sin sentido, y con un equipo que aún no sabe que hacer con un balón en los pies, aparte de darle una gran patada.

Quizás la culpa sea de los clubes, hay una regla no escrita en el fútbol inglés que dice que a menos jugadores ingleses tengas en tu club mejor te irá en la liga, y así es, y si no, que se lo pregunten a Manchester United, Arsenal o Chelsea. Pero esa negativa forma de ver su propio fútbol se vuelve todo lo contrario cuando se trata de la selección, ese es otro tema, la selección es lo más exquisito y excelso del mundo, y su actual seleccionador el más grande de la historia ... hasta que pierda y lleguen las autoflagelaciones y lamentaciones de lo malo que somos, pero no hablemos ahora de eso, contemos que Inglaterra ha ganado y que el italiano traerá muchas alegrías a esta selección, y directa o indirectamente, por suerte o desgracia seré testigo de ello.

Actualización: Bueno, quizás no todos estén tan contentos.