sábado, 2 de febrero de 2008

Querida Liverpool....

Querida Liverpool

Hace cinco años nos conocimos por primera vez, fue un encuentro fugaz, rápido, casi sin tiempo para nada pero suficiente para saborear tus placeres más intimos. Hace dos años nos volvimos a ver y nuevamente fue igual de breve y a la vez intenso. Pero ahora que vivo a un tiro de piedra tuyo, puedo deleitarme en las maravillas que se esconden por tus calles.

Tu nombramiento como Capital Europea de la Cultura, ha sido todo un acierto. Si ya la cultura ha sido un constante aliado tuyo, este nombramiento te consolida y reafirma como una de las ciudades más importantes en la escena mundial actual. Artes, espectáculos, eventos memorables convertirán este año 2.008 en un año que pasará a la historia, y yo, estaré cerca para verlo con mis propios ojos.

Sin ir más lejos, esta mañana tomé un tren y me adentré en tus entrañas. Casi sin darme cuenta estaba en Lime Street y de ahí a la Walker Gallery, dónde pude disfrutar de la herencia artística que generaciones de "scouses" anteriores te han dejado, no sin dejar de mencionar fugaces visitantes entre los que se incluyen el mísmisimo Sir William Turner cuya visita dejó un pequeño pero valioso legado que merece la pena apreciar. Monet, Degas o Picasso son otros que también pisaron tus tierras y dejaron su sello en este museo, coqueto aunque lleno de riqueza.

Mención aparte merece Joseph Wright of Derby cuya estancia en Liverpool resultó en un profílico legado artístico ahora en exposición y que pone de relieve su magnífico uso de la luz y las enormes posibilidades artísticas que ésta pueda dar. Como ya lo hizo en la National Gallery, nuevamente me ha dejado fascinado.

Gracias al National Conservation Centre he vuelto a rememorar una parte importante de tu historia más reciente: el nacimiento en tus calles de una de las bandas más famosas del mundo, The Beatles. Las fotografías allí expuestas llenan de vida ese período de la historia, cuentan con detalle las personalidades de cada uno de sus componentes y rememoran uno de los períodos más excitantes en el mundo musical. Por un momento me creí almorzando con John Lennon o en esa coferencia de prensa cuando los acababan nombrar Miembros de la orden del Imperio Británico.

Es por ello que a continuación me dirigí a la probablemente tu calle más famosa, Matthew Street, dónde en un nuevo encuentro con The Cavern y sus húmedas catacumbas con ladrillos respirando música, me transportaron a una era dónde a todos los amantes de la música de estos cuatros hijos tuyos nos hubiera gustado vivir.

Se notaba hoy cierta agitación en tus calles, y la razón era que los eventos deportivos animaban la vida de los siempre-llenos pubs. El torneo de rugby Seis Naciones y el partido en casa del Liverpool FC contra el Sunderland, arrancaba los vítores de los enfervorecidos fans. Como ejemplo de la naturaleza de tus gentes, al comenzar el partido de rugby Irlanda-Italia, un grupo de fans vestidos con la camiseta del Liverpool FC entonaban en un pub de Matthew Street el inmo irlandés. Con la carne de gallina llegué a comprender que toda esa legión de irlandeses que en un tiempo pasado atracaron en tus puertos rumbo a Estdos Unidos, dejaron en tí una descendencia que aún se siente mitad irlandensa mitad "scouse".

En tu majestuosa e inmensa Catedral Anglicana había una exhibición sobre Anna Frank, que a pesar de ser interesante me decepcionó por completo. La cola era interminable y sin embargo el contenido dejaba mucho que desear, aunque eso sí, una gran oportunidad para publicitar su fundación. Fundación que por cierto se dedica a fomentar el respeto a todas las razas, religiones, etc. y que pone como ejemplo una gran foto del partido España-Inglaterra del año 2.004, en el que unos hinchas españoles increpan a Joe Cole ¿es esa la imagen que tienes de España? Está claro que no, porque el acento español domina tus calles, y tus gentes la adoran, pero, por un momento, me hizo sentir vergüenza de mi nacionalidad.

La Tate es probablemente uno de los museos más dinámicos y sorprendentes del momento. Con un catálogo de arte contemporáneo impresionante y exposiciones excitates, una visita siempre refresca el espíritu creativo y contemporáneo que habita en uno, aunque para otros sea sólo un sitio "cool" para pasar el rato y presumir con los amigos. De esta visita tengo que decir que Andy Warhol ve ha vuelto a sorprender.

Una caminata junto al río Mersey traen a mi imaginación esos momentos en los que el oro llegaba a tus puertos, los trabajadores embarcaban rumbo a los Estados Unidos o las frutas y vegetales de las colonias africanas y asíaticas se hacían un hueco entre las tristes verduras inglesas. ¡Cuantas sorpresas deparan la mar!

Cojo el tren de vuelta a casa, me has dejado exhausto, el último albúm de Crowded House suena en mis oídos y con melancolía rememoro nuestro encuentro, nos volveremos a ver...

(Algunas fotos de la visita, aquí)

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    Si, pero The Cavern es tan auténtica como el teatro Globe en Londres... problemas de la especulación.

    Y lo de Anna Frank, no hay razón para sentirse avergonzado. Unos imbéciles no representan a la totalidad. Pero eso si, fue una vergüenza. Y lo peor es que el caso se repite cada vez que los dos países se encuentran... Podrían haber utilizado las declaraciones del "sabio" de hortaleza justificando a las masas hace sólo unos meses...

Post a Comment