jueves, 14 de diciembre de 2006
Uno de mis primeros descubrimientos cuando llegué a Inglaterra, fueron esas pequeñitas judias blancas motivo de adoración nacional, las famosas "beans", pero no preparadas de cualquier manera, no, sino con esa salsita de tomate cremosa y completamente deliciosa. Y no es que sea un amante de la comida enlatada (a decir verdad, no me gusta nada en absoluto), pero estamos hablando de algo más que simplemente comida enlatada, estamos hablando de una cultura, de una forma de vida, de una personalidad determinada detrás del sabor y la textura de esas pequeñas judías.
Quizás pensáis que soy un poco exagerado (que lo soy), pero es que las adoro, adoro tomarme por la mañana temprano un "typical english breakfast" (aunque redundemos en el tópico) con sus beans respectivas. Curiosamente, en este último viaje a Londres, mis amigos descubrieron las beans, y aunque en un principio eran reacios, en cuanto las probaron se rindieron a ellas, y es que tiene algo especial que a todo el mundo engancha.
Y es verdad, es un topicazo pensar que las beans son exclusividad de los británicos o que las inventaron ellos, pero están tan implantadas en su sociedad que es imposible pensar en Britain sin beans, son un emblema nacional, y para eso los ingleses son unos fenómenos, les encanta explotar lo que es suyo, y esto lo consideran muy suyo. Incluso a veces resulta un tanto insultante la manera de exponerte lo que es "typical english", pero no dejo de reconocer que lo hacen y lo han hecho siempre con mucha habilidad y por supuesto, de una forma muy lucrativa.
Pero bueno, fuera de tópicos, me encantan las beans, y afortunadamente en España las tenemos y podemos disfrutar de ellas, y no quiero que se malinterprete, las tortillas de patatas o los buenos guisos españoles no tienen comparación, pero en cuanto a "beans" no hay nada como las británicas (aunque la marca más popular "Heinz", incluso en britain, sea americana, que paradoja, no?).
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SALU2!